jueves, 3 de diciembre de 2009

Bajo Esa Sonrisa [Capítulo 2]


2.    ¿Has sentido alguna vez que tu mundo se detiene por una sonrisa?

1 de agosto:

El último año escolar fue una completa tortura, de verdad que necesito vacaciones, ¿qué estudio? Eso no importa, ¡Estoy de vacaciones!, y vine hasta aquí con una misión, espero poder cumplirla.

Los reencuentros son básicos al llegar a Pueblo Austero, saludar a todos los miembros de mi familia y amigos; informarme de todos los acontecimientos ocurridos en mi ausencia [eso toma más de un día]; y lo más importante: hablar con Ángel. Eso debería ser lo primero en mi lista este año, pero no pienso dejar a mi familia de lado.

Déjame contarte sobre nuestra relación: por extraño que parezca, mis conversaciones con Ángel con muy escasas, ya que rara vez nos encontramos solos, generalmente estamos rodeados de nuestras familias, que como saben lo que siento, están a la espera de ver todos y cada uno de nuestros movimientos.

Ambos somos tímidos [yo principalmente cuando alguien me gusta], ¡pero cuando Ángel se pone nervioso muestra la sonrisa que más me gusta de él!; así que yo trato de vencer mi timidez y le hablo, él trata de hacerme la plática, pero siempre vamos a lo mismo:

-¿Cómo has estado?
-Trabajando como siempre ¿y tú?
-Matándome en la escuela ¿A poco sólo trabajas?
-No, a veces salgo con mis amigos, pero pues casi no vamos a ningún lado.  

Luego me pregunta por mis hermanos, llega alguien, nos interrumpe, y no volvemos a hablar ese día… tal vez pienses que debemos ser las personas más aburridas del mundo, y que no entiendes como alguien con tan poca conversación puede gustarme tanto, pero te equivocas.

Mi vida no la considero aburrida, no es que todos los días salga de aventuras a recorrer el mundo, pero tiene su parte emocionante, como la vida de todas las personas… de la vida de él... no sabría que decirte, trabaja todos los días en algo que no le gusta, se siente menos porque cree que no encontrará nada debido a estar "estancado" en el pueblo y, en ocasiones, es muy indeciso con lo que quiere…

“Pero me quiere a mí”, me repetí mientras reflexionaba sobre “nosotros”; aún cuando yo no esté en Pueblo Austero mantengo contacto con Ángel de vez en cuando, poco antes de regresar dijo que me quería, aunque yo pensara que no debía hacerlo; aún ahora no sé a lo que se refería, pero yo si lo quiero.

Carmen me dijo hace un año, que yo era mejor que Medusa, ella no es precisamente un angelito caído del cielo; de hecho tampoco es bonita [nada o muy poco, para ser más específica]; yo no me considero la mujer más hermosa del mundo, pero si me considero dentro del promedio, amo mis ojos, porque siempre expresan lo que siento, aunque aún no haya nadie que pueda interpretarlos; pero Carmen decía que si Ángel fue novio de Medusa fue por motivos puramente físicos [o mejor dicho: hormonales]; así que yo debía gustarle aunque sea un poco, y si no, no era más que un idiota.

Eso me hizo decidirme, conocía lo suficiente a Ángel como para saber que aunque yo le gustara no se iba a atrever a decirme nada. Así que si quería averiguar lo que sentía por mí, tendría que preguntárselo directamente.

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