IMAGINA QUE ME MORÍ
Imagina
que un día me despedí de ti como siempre, con un beso y un “te
amo” aún cuando estabas medio dormido.
Imagina
que no recibiste mi mensaje de que ya había llegado a la parada. O
tal vez sí lo recibiste, pero ya no contesté el mensaje de “buenos
días” cuando despertaste. Y se te hizo raro, pero tal vez tengo
mucho trabajo y no he visto el celular.
Imagina
que en todo el día no he publicado nada en twitter, en facebook, en
instagram; entonces te empiezas a preocupar. Me marcas y tal vez
suena mi teléfono, pero no te respondo. O tal vez entra a buzón
directamente; y tratas de calmar tu ansiedad, porque no quieres
pensar lo peor. Nadie quiere pensar lo peor.
Imagina
que llamas a mi trabajo y te confirman la sospecha “no se presentó
a trabajar”. ¿Qué harías? Quiero suponer que vas a buscarme, a
preguntar por mí entre mis conocidos, en redes. Le tendrás que
decir a mis padres y a mis hermanos que no llegué al trabajo y que
estás preocupado. Tal vez pidas permiso de salir del trabajo y me
busques personalmente. Pero aún así nada garantiza que vayas a
encontrar algo.
Presentarás
una denuncia, pero seguro te dirán que tienes que esperar al menos
24 horas para generar el boletín de búsqueda; probablemente te dirán
que me fui con otro, que seguro más tarde volveré a casa y sólo
los habré preocupado a todos por andar de puta.
Pero
imagina que no regreso, que un día te llaman y te dicen que ya
encontraron mi cuerpo, tirado y desechado como si no valiera nada.
Como han encontrado a tantas y como seguirán encontrando a otras
mientras la situación no cambie.
Y
estaré en las noticias, una más de las cifras, probablemente nunca
sabrán quién lo hizo, pero a mí me juzgarán y me culparan, porque
tal vez yo lo provoqué, seguro yo me lo busqué.
Imagina
que me mataron, porque tal vez algún día me toque a mí ser una de
las 10 mujeres a las que matan cada día, y tal vez así te puedas
hacer un poco a la idea de cómo será cuando ese momento llegue.
